Después de la tormenta, brilla el sol...

y... ¿a qué viene este pensamiento? Pues, lo admito... me extralimité. Durante mi niñez y parte de mi juventud, viví en casa de mis padres y ellos eran los que costeaban mi solvencia económica. Y no niego que tuve todo lo que necesité, pero luego se dio la oprtunidad y me mudé a vivir solo. Y he aquí el meoyo del asunto... nunca supe administrar mi economía puesto que siempre fueron mis padres quienes pagaban todo. Tuve la oportunidad de trabajar en una organización de reconocido prestigio y no me quejo de mis honorarios. También las empresas crediticias se hicieron presente para otorgarme una Tarjeta de Crédito. Fueron varias las empresas que recurrentemente me llamaban para decirme una y otra vez 'sólo firme el contrato que nosotros nos encargamos del resto'. Y así lo hice... ...Y llegaron las tarjetas y con ellas el gusto por tener dos cosas a mi favor: vivir solo y tener los medios para cubrir mis 'gustos'. No medí mis gastos y mi presupuesto estuvo inamovible porque así lo establecía mi contrato laboral. ...Y llegaron los Estados de Cuenta cumpliéndose así la frase 'cómprelo hoy y páguelo mañana'. ¡Ay Dios mío! No quiero recordar la puntualidad con que cada mes llegaban esos sobres al buzón de la casa. Cada detalle del documento traía la 'comidad' de realizar un 'pago mínimo' que muy amablemente me indicaba que podía realizar a lo que siempre le hice caso... hasta llegar al punto de dejar pasar durante casi 6 años esta amable oferta que me hizo la empresa dueña de la tarjeta. No niego que hubo meses en que no pude pagar ni siquiera esa cuota mínima porque tenía que cubrir situaciones meramente emeregentes. Y así se fue rezagando el monto de la deuda original acompañado de la cuota chiquita que no pagué (que no era otra cosa de sólo pago de intereses) y ahora me tocaba la advertencia que tenía cargos por mora por no pagar en tiempo esa cuota mínima más la decorosa manera de recordarme mi impuntualidad por dejar de pagar un compromiso adquirido. De eso sí estoy conciente, yo hice el compromiso de pagar a través del contrato que firme. Recuerdo muy bien esa noche... una de las pocas veces que he llorado... lloré hasta desahogarme por la manera en que estaba administrando mi economía. La persona que comparte mi vida en este momento se sentó al lado de mi cama... me tomó de la mano, acarició mi cabeza, besó mi frente y me dijo: 'No te preocupés, Dios aprieta, pero no ahorca'. No entendí su frasesita cuando lo que quería en ese momento era desaparecer de este mundo. Hablé con mis padres... llegó el momento de ser honesto con ellos, pero principalmente conmigo. Les confesé que me estaba ahogando con las tarjetas de crédito. Mi padre me dijo: 'fue tu decisión'. (sabia frase) mi madre me regañó... pero eso no bastaba... seguía sin resolver el problema: Pagar. Un día me senté en mi cama y pensé: 'Es hora de amarrarme los pantalones y castigarme y sacrificar mi bolsillo y mis gustos' y así lo hice... Hoy, un año después logré cubrir las deudas de las famosas tarjetas de crédito'. Pero ¿cómo logré salir de este embrollo? Disciplina, Decisión, Fuerza de Voluntad. Y con el apoyo de la persona que amo, lo logré. ...Y los Estados de Cuenta siguen llegando con puntualidad a casa, pero ahora sé cómo administrar mi presupuesto para pagar cada consumo que hago, cada gusto que realizo, cada capricho que quiero. ...Sólo de esta manera aprendí a administrar mi economía. Sólo así aprendí a valorar el esfuerzo de mis padres para darme lo mejor. Y sólo así aprendí que la decisión de salir adelante o quedarse sentado a llorar, es DE UNO MISMO.

5 PROPÓSITOS PARA SENTIRSE MEJOR EN EL TRABAJO

DEBO ADMITIR Q SOLO LO COPIE.
trato de poner en práctica esto... i hate me.......

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En lugar de quejarnos, de padecer y de sentirnos víctimas, ¿por qué no intentamos mejorar el ambiente laboral que nos rodea?
1- DESACRALIZA TU VIDA PROFESIONALUno de los principales errores que cometemos es pensar que solo somos nuestro trabajo y esperar, además, que la empresa en la que trabajamos se implique emocionalmente tanto como nosotros lo hacemos con ella.Debemos aprender a ser justos. En primer lugar, hacer un examen de introspección y valorar si realmente todo el tiempo que dedicamos al trabajo lo hacemos porque nos lo exijan o porque, inconscientemente lo que buscamos es ser admirados, que nos hagan cumplidos y querer ser imprescindibles a los ojos de los demás.En segundo lugar, es importante llegar al trabajo con una cierta madurez afectiva para no intentar cubrir allí posibles carencias emocionales que, al no cumplir nuestras expectativas, nos frustran. También es importante organizarse bien, sin sobrecargar nuestros horarios.
2– MUESTRA BUEN HUMORNo hay nada peor que un mal ambiente, roces, caras serias, mal humor y malos modos.En lugar de quejarnos de vivir en un ambiente irrespirable y someternos a él, ¿por qué no intentar hacer algo para cambiarlo? ¿Cómo?. Utilizando la comunicación, la energía, la alegría, el sentido de humor...Cada uno debe poner su grano de arena. Debemos luchar, en la medida de lo posible contra la pobreza en las relaciones laborales.No se trata de convertirnos de la noche a la mañana en el animador de turno, pero al igual que el mal humor es contagioso, el bueno puede producir auténticos cambios benéficos en el ambiente y relajar muchas tensiones.También es aconsejable intentar profundizar en las relaciones con los demás y no verlos tan solo como simples compañeros de trabajo con los que poco tenemos en común.
3– EXPRESA TUS NECESIDADESSubestimamos continuamente nuestra capacidad de convicción y acobardados ya antes de actuar, decidimos callarnos, con lo que no conseguimos que se produzca ninguna mejora en nuestras condiciones de trabajo. Eso nos frustra, nos hace sentirnos explotados, nos llena de insatisfacción. Y, sin embargo, tanto en el trabajo como fuera de él, se gana mucho más diciendo lo que pensamos...siempre que sepamos cómo hacerlo correctamente.Es importante que aprendamos a verbalizar nuestras necesidades y nuestras emociones en el trabajo.
4– PONTE PEQUEÑAS METASDisfrutamos menos de nuestro trabajo porque a veces es tal el nivel de exigencia y tensión, que muchas cosas que haríamos con verdadero interés y hasta pasión, en ocasiones se convierten en tareas rutinarias y pesadas que hay que acabar cuanto antes para pasar a la siguiente. En estas condiciones, es difícil disfrutar y aprender de muchas situaciones. Otras veces, tampoco disfrutamos porque somos nosotros mismos los que nos ponemos un nivel de exigencia demasiado ambicioso. El querer hacer las cosas extremadamente bien tiene un coste muy alto en tiempo, dedicación y valoración que pueden hacer los demás de nuestro trabajo y de los resultados. Eso al final es frustrante.Una manera de recuperar la serenidad consiste en ponerse pequeñas metas cada día. Ser menos ambiciosos en cuanto a la cantidad y apostar por la calidad y la autosatisfacción. Con cada pequeña meta que alcancemos, aspiramos a otras mayores y así, paso a paso, lograremos objetivos que antes creíamos fuera del alcance de nuestra mano. De esta manera seremos mucho más conscientes de todo el trabajo que elaboramos cada día y de cómo este nos va enriqueciendo por dentro mientras crecemos por fuera. La autorrealización es fundamental. Para lograrlo con éxito, lo mejor es llevar una agenda donde se anoten todos los logros conseguidos ese día y se marquen, siempre con lápiz, las metas que vamos a plantearnos para el día siguiente. Pero siempre siendo realistas e intentando abarcar lo que humanamente sea posible hacer.
5– TOMA INICIATIVASMuchas de las insatisfacciones que sentimos en el trabajo aparecen porque esperamos a que se produzcan cambios...sin mover un dedo para lograrlos. Podemos tener ideas muy buenas, sugerencias que enriquezcan al departamento pero muchas veces, por timidez, desconfianza o miedo a hacer el ridículo, no nos atrevemos a expresarlas en voz alta. ¿Por qué no lanzarse?. Atrévete a tomar la iniciativa de vez en cuando. Participa de forma activa en las reuniones y expresa con voz alta y clara todas las sugerencias que consideres importantes.Empieza poniéndote metas fáciles: prueba con grupos pequeños de personas con la que te sientas a gusto. No pienses que lo que estás diciendo puede sonar a tontería. Prepara un argumento de peso que apoye y justifique tu propuesta. Cuando veas que tus propuestas son escuchadas con interés y aprobadas, tu interés por lo que te rodea aumentará significativamente

Junio, mes del orgullo gay.

La primera celebración del orgullo gay fue la Gay Pride Week de Nueva York, el 28 de junio de 1970. Unas 5.000 (el número fue aumentado posteriormente por historiadores, pues al parecer muchas personas no fueron incluídas). A confesión de muchos, tenían bastante miedo, «y cuando llegamos por fin a Central Park, dimos un respiro de alivio», recuerda un participante.
Celebraban la redada del bar Stonewall Inn, en el número 53 de Christopher Street, en el corazón de Greenwhich Village. Esa noche, la policía de Nueva York decidió intimidar al bar gay, con la salvedad de que no habría aviso previo a los propietarios. En otras ocasiones, los dueños advertían a su clientela de la inminente actuación policial cambiando el tono de las luces.
Medianoche del 27 de junio de 1969. El ambiente en el Village estaba caldeado, 24 horas antes había muerto la diva de las divas, Judy Garland. Al entrar la policía, casi toda la clientela (hippies, profesionales con traje y corbata, jóvenes) fue permitida salir. Pero los infractores de la ley de Nueva York que prohibía vestirse como alguien del sexo opuesto, fueron detenidos. Esto incluía varias reinonas y un par de lesbianas transformistas.
Al salir, casi todos los clientes estaban agrupados fuera, y vieron cómo el policía que se llevaba a la lesbiana Stormé Delarverie, le dio un puñetazo. Ella le respondió con otro. Los presentes de repente empezaron a tirar piedras y monedas a los policías, que se tuvieron que retirar y se encerraron en el mismo bar, Stonewall, donde quisieron hacer una redada.
El gentío indignado, gritando consignas de «gay power» e insultos a los policías, usó un parquímetro como ariete y empezó a rociar las ventanas del Stonewall con gasolina y a prenderlas fuego.
El inspector de policía Howard Pine, que dirigió la redada, comentó: «He estado en situaciones de combate anteriormente, pero nunca he tenido tanto miedo como en ese entonces...los homosexuales solían ser personas muy dóciles y calladas. Pero esa noche, no».
Los policías atrapados se apostaron detrás de la barra y de la mesa, dispuestos a matar a quienes entraran por la puerta del Stonewall. En ese momento, se oyeron las sirenas de la unidad antidisturbios de Nueva York, al rescate de sus colegas. Las unidades de choque no esperaban una resistencia tan grande, y sufrieron una lluvia de ladrillos y botellas.
Tras cuatro horas de lucha y cuatro policías heridos, 13 manifestantes fueron detenidos. Unas 24 horas más tarde, la policía volvió en una segunda carga. Pero fue la última redada a un bar gay en la historia de Nueva York.

Al borde de la Lokura

Sabes... toy como quien dijera "atakado", je! s q hubo algo, o mejor dicho alguien q me hizo una mala pasada. Ese no es el punto, es q rematé con un buen amigo. je! y no es para presumir, sino q más bien es para reflexionar sobre la IRA.

¿Qué es IRA?
Procedente del latín ira, es la pasión del alma que causa indignación y enfado, o bien, apetito o deseo de venganza, o como causa de violencia contra los demás, contra los familiares o contra uno mismo.

La ira es un estado emocional que a varía en intensidad, yendo de la irritación leve a la furia intensa. Como otras emociones, está acompañada de cambios fisiológicos y biológicos. Cuando una persona se enfada, su ritmo cardíaco y presión arterial aumentan, al igual que los niveles de las hormonas adrenalina y noradrenalina. La ira puede ser debida a acontecimientos externos o internos. Podemos enfadarnos con una persona específica (como un compañero de trabajo o supervisor) o un acontecimiento (un atasco de tráfico, un vuelo cancelado), o bien la ira puede aparecer al preocuparse y rumiar problemas personales. Lo recuerdos de acontecimientos traumáticos o que nos hicieron enfadar pueden también desencadenar este tipo de emociones.

Según la Iglesia Católica, la ira es uno de los siete pecados capitales del ser humano. Puede ser ira contra los demás, plasmada mediante el asesinato, o ira contra uno mismo, ejecutada mediante el suicidio. De ambas formas es condenada por el catolicismo, ya que el castigo ha de dejarse en manos de Dios.

"Sepan esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo tanto, desechen toda suciedad, y esa cosa superflua, la maldad, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas." (Sntg 1: 19-21) (Traducción del Nuevo Mundo).

En el Islam, la ira se considera como muestra de la debilidad.

En el Budismo de define como: "ser incapaz de soportar el objeto o la intención de causar daño al objeto”. Se considera como una aversión con una exageración más fuerte, y se enumera como uno de los cinco obstáculos. Es una idea falsa común que los santos espirituales nunca sufren ira. Esto no es verdad: incluso el Dalai Lama, el gurú espiritual de monjes tibetanos, se enoja. Sin embargo, hay una diferencia; una persona espiritual está a menudo posible, más enterada de la emoción y de la manera en la que puede ser manejada. Así, en respuesta a la pregunta: "¿Es la ira aceptable en el budismo?" El Dalai Lama contestó: "El Budismo en general enseña que la ira es una emoción destructiva, y aunque la ira pudo tener algunos efectos positivos en términos de supervivencia o ultraje moral, no acepto la ira ni la agresión como una emoción virtuosa ni como comportamiento constructivo. El Buddha Gautama ha enseñado que hay tres kleshas básicas en la raíz del samsara (ignorancia, ilusión) o en el ciclo vicioso del renacimiento. Éstos son avaricia, odio y engaño -también traducible como el apego, la ira, e ignorancia. Nos traen la confusión y la miseria más que la paz, felicidad, y el exito. Está en nuestro propio interés purificarlos y transformarlos”.

¿Cómo manejar la ira?

Todos sabemos lo que es la ira y todos la hemos sentido alguna vez, tanto si se trata de un ligero enfado como una rabia en toda regla.

La ira es una emoción totalmente normal y generalmente sana. Pero cuando está fuera de control y se vuelve destructiva, puede conducir a diversos problemas, como problemas en el trabajo, en las relaciones personales, y en la calidad general de la vida de una persona. Y puede dar la sensación de que se está a la merced de una emoción imprevisible y poderosa.

La manera instintiva y natural de expresar ira es responder agresivamente. La ira es una respuesta natural y adaptativa ante las amenazas, inspira emociones y comportamientos poderos y a menudo agresivos que nos permiten luchar y defendernos cuando somos atacados. Cierta cantidad de ira, por lo tanto, es necesaria para nuestra supervivencia. Por otra parte, no podemos emprenderla a golpes con cada persona u objeto que nos moleste. Leyes, normas sociales, y sentido común ponen límites al alcance de nuestra ira.

La gente utiliza una gran variedad de procesos conscientes e inconscientes para ocuparse de sus sensaciones de ira. Los tres principales son: expresarla, suprimirla y calmarse. Expresar los sentimientos de enfado de un modo asertivo, no agresivo, es la manera más sana. Para hacer esto, primero has de aprender a dejar claro cuáles son tus necesidades, y cómo satisfacerlas sin dañar a otros. El ser asertivo no significa arremeter contra los demás o exigir; significa ser respetuoso con uno mismo y los demás.

Otro modo de afrontar la ira consiste en suprimirla para luego transformarla o redirigirla. Esto sucede cuando reprimes la rabia, dejas de pensar en ella y te centras en algo positivo que hacer. El objetivo es inhibir o suprimir la ira y convertirla en un comportamiento más constructivo. El peligro con este tipo de respuesta es que si inhibes la expresión exterior de la ira, puede volverse hacia el interior, hacia ti, provocando hipertensión o depresión. La ira no expresada puede crear otros problemas. Por ejemplo, puede dar lugar a expresiones patológicas de la ira tales como comportamiento pasivo-agresivo (vengarse indirectamente, sin decir claramente el motivo, en vez de enfrentarse directamente a la persona), o una actitud cínica y hostil permanente. Las personas que están constantemente rebajando a otras, criticando todo, y haciendo comentarios cínicos no ha aprendido cómo expresar su enfado de un modo constructivo. No es extraño que estas personas no suelan tener mucho éxito en sus relaciones.

Otra estrategia consiste en calmarse. Esto significa no sólo controlar tu comportamiento exterior, sin también controlar tus respuestas internas, tomando medidas para bajar tu ritmo cardíaco, tranquilizarte, y dejar que la ira vaya pasando.

El manejo de la ira.

El objetivo al manejar la ira consiste en reducir tanto las emociones como la activación fisiológica que la ira provoca. Tal vez no puedes evitar o librarte de las cosas o personas que desencadenan tu ira ni tampoco puedes cambiarlas, pero sí puedes aprender a controlar tus propias reacciones.

¿Por qué algunas personas se enfadan más que otras?

Algunas personas se enfadan más fácilmente y de un modo más intenso que la persona media. Hay quien no muestra su rabia de maneras espectaculares o ruidosas pero está crónicamente irritable y resentido. La gente que se enfada con facilidad no siempre maldice o lanza objetos por los aires, sino que a veces se aíslan, se enfurruñan, o se ponen físicamente enfermos.

La gente que se enfurece fácilmente suele tener lo que los psicólogos llaman una baja tolerancia a la frustración, lo cual significa que consideran que no deberían tener que verse sometidos a frustraciones, inconvenientes o molestias. No pueden tomarse las cosas tal como son y se enfurecen particularmente si la situación parece de alguna manera injusta: por ejemplo, cuando lo corrigen por un error de menor importancia.

Una causa puede ser genética o fisiológica; hay evidencia de que algunos niños son irritables, susceptibles, y se enfadan fácilmente, y esto sucede desde una edad muy temprana. Otra causa puede estar en la manera en que nos enseñan a manejar la ira. A menudo la ira es vista como negativa; a muchos de nosotros nos enseñan que es correcto expresar ansiedad, depresión, u otras emociones, pero no expresar ira. Consecuentemente, no aprendemos cómo dirigirla o canalizarla de un modo constructivo. La investigación también ha encontrado que los antecedentes familiares desempeñan un papel importante. Típicamente, las personas que se encolerizan fácilmente provienen de familias que son disruptivas, caóticas y poco hábiles en la comunicación emocional.

¿Es bueno liberar la ira?

Los psicólogos consideran que esto es un mito peligroso. Algunas personas utilizan esta teoría como licencia para lastimar a otras. Las investigaciones realizadas han encontrado que dejarse llevar por la ira y dejarla salir libremente desencadena más ira y agresión y no sirve de ninguna ayuda para resolver la situación. Es preferible descubrir qué ha desencadenado tu ira y después desarrollar estrategias para impedir que esos desencadenantes te saquen de tus casillas.

... bueno, con esto q me robé del internet quiero dar el comienzo al control de ira q es lo q aseguro no puedo controlar, así q x algo se empieza y eso es lo q voy a hacer.

Jorgito Lindo.

Feliz dia del Economista

Aunque muchos no lo sepan, pero si,,, hoy 06 de agosto de 2008 es el día del Economista y todooooooos aquellos q stamos en la Fac. de Ciencias Económicas como los CPA's, los Administradores de Empresas (yo lo seré muy pronto, eso espero)...
La Fac. se fundó hace 71 años x esta fecha y así surgió el día... interesante, no?
Bueno, tonces espero q me inviten a alguito x ahí...

hay c ven.

Hola a todos

Pos yo x acá creando mi blogspot, soy nuevo en esto pero se me dio x krear mi espacio, je! spro aprovechar st espacio y q uds. me vean x aca.